Importar o exportar festival

Estela Herrera Tovar

E n estos días tiene lugar en el estado el 16 Festival Zacatecas del Folclor Internacional Gustavo Vaquera Contreras. Es una fiesta que llena de colorido la ciudad y cumple con el objetivo de dar felicidad a la gente y sus visitantes; así como cubrir las expectativas de quienes se dedican al turismo con la derrama económica que ello genera, principalmente para los hoteleros, restauranteros, antros y similares. Será una semana lo que dure la dicha del festival, ¿y luego qué?

Bueno… después se traerá otro festival, y otro más, siempre que se ajuste al presupuesto, porque si no, entonces se tendrá la necesidad de prescindir de sus servicios y quedarse como antes, con la frustración de haber perdido tal o cual festival. ¿No sería mejor que Zacatecas fuera el dueño de su propio circo, de sus propios festivales populares, que el turista viniera a visitar el estado porque tiene cosas propias que ofrecer, y no esperar a que otros vengan a hacer la fiesta, y de paso se lleven los pocos recursos con los que se cuenta?

¿Sería mucho pedir que las autoridades se pongan las pilas y diseñen festivales ad hoc para que la población disfrute y también participe activamente, y no sólo como espectadores? Espectadores de como saquean la ciudad, y lo seguirán haciendo, aún con la fiesta y los festivales; no sólo con el oro y la plata.

Zacatecas cuenta con más de una decena de universidades e instituciones de nivel superior, y miles de jóvenes que en ellas participan. Son cerebros que pueden inventar, crear, diseñar festivales populares: de disfraces, máscaras, desfiles de carros antiguos, concurso de carros alegóricos y otra infinidad de concursos, como los que existen en muchas partes del mundo y que les son propios, parte de su invención y de su cultura, que les genera alegría y buenos dividendos.

Ser el dueño del circo te da la oportunidad de presentarte aquí y en China, literalmente hablando; de estrechar lazos de unión con tu propia comunidad, de desarrollar tu ingenio, de cultivar una identidad propia, de generar empleos a partir de la construcción de los objetos que se utilizan como infraestructura y, a la vez, atraer al turismo.

Tampoco estoy en contra específicamente de algún festival; ¡pero, hombre! he escuchado lamentaciones porque no vendrá tal o cual festival, pero no he escuchado el cómo hacer festivales populares ante una época de crisis semejante, donde el gobierno ha endeudado al estado por cerca de 20 años para pagar deudas anteriores de elefantes blancos; porque, además, gran parte del presupuesto se gastó en festines y festivales. Creo que se debería ser más creativo a partir de políticas públicas enfocadas al impulso al turismo, que para eso se les paga, y se les paga muy bien.

El próximo gobierno, es decir, dentro de seis años, el gobernante en turno se habrá sacado la rifa del tigre, porque no contará con los recursos suficientes para lo mínimo necesario; entonces tal vez la ciudadanía se dará cuenta de que no debió permitir el despilfarro, la frivolidad y el cinismo de lo importante que debió haber sido ser más creativo, participativo y menos tolerante.

En cuanto a aportaciones, la iglesia católica tiene una contribución importante a las fiestas de la ciudad, con sus actividades religiosas de Semana Santa, como la Procesión del Silencio y otras actividades de la misma naturaleza. También la Cofradía de San Juan Bautista participa con su desfile y las Morismas de Bracho, que serían las fiestas más emblemáticas de la ciudad y que atraen turismo.

Por hoy les digo que este 16 Festival Zacatecas del Folclor Internacional apenas empieza y habrá que disfrutarlo. ■