Javier Sicilia ha estado siguiendo con atención las noticias que vienen de países lejanos. Las manifestaciones sociales europeas y las revueltas civiles de Medio Oriente y África llaman la atención del hombre que encabeza la más reciente tanda de protestas ciudadanas para exigir paz, justicia y democracia en México.
El poeta observa, al igual que millones en el mundo, a jóvenes españoles, franceses y alemanes que exigen condiciones para conseguir empleo y que invitan a no votar por los partidos dominantes. Mira a ciudadanos de Egipto, de Libia, de Yemen, de Bahréin, de Argelia y de Túnez que exigen la dimisión de gobiernos corruptos. Ve algunas coincidencias entre lo que pasa allá y lo que ocurre aquí. “El Estado como lo conocemos, el que surgió desde la Ilustración, desde la Revolución Francesa, ha llegado a su fin tal como se concibió. Estamos frente a modificaciones históricas, estamos en un parteaguas histórico, de crisis del Estado. Ahora sí el Estado ya no está cumpliendo con su vocación, ya no le está sirviendo a los ciudadanos, se está desmoronando, se está construyendo algo nuevo que no sé claramente qué es, pero el Estado actual no está funcionando”, dice este hombre formado en una corriente del catolicismo que muestra preocupación por lo social y lo místico.
“Hay una queja en Europa y en México por la partidocracia, pero en Europa al menos hay Estados democráticos, las instituciones funcionan; las movilizaciones de México se parecen más a las movilizaciones que se han gestado en Medio Oriente, porque son Estados podridos, Estados criminales, encubridores, que dejan a los ciudadanos en manos de la delincuencia, que dejan las cosas en manos de policías y de militares que muchas veces son criminales”, comenta en entrevista con EL UNIVERSAL.
Empujando el cambio
Los ojos del activista se encienden cuando recuerda el caso del muchacho muerto a palos a manos de la policía egipcia. Y luego la gente en las plazas gritando “Todos somos Jaled Said”. Y luego la renuncia del presidente Hosni Mubarak. Un pueblo provocando un cambio. “Cuando a los ciudadanos los pueden matar, y todo queda impune, es un Estado que no funciona; ojalá estuviéramos como en Europa, pero estamos como en Oriente Medio”, dice.
Las palabras del poeta transmiten rabia, desesperación. Su hijo Juan Francisco fue asesinado a los 24 años, aparentemente por una banda de criminales ligada al crimen organizado. La tragedia ocurrió en Temixco, Morelos, el 28 de marzo. Luego de ello se sucedieron una serie de marchas que devinieron en un movimiento social que demanda paz y justicia. Pero también reformas políticas para empoderar a los ciudadanos.
ACTIVISTA. Las movilizaciones de México se parecen a las de Medio Oriente, porque son Estados podridos, considera (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL ) |
Unión ciudadana
“Esta lucha va hacia la unidad ciudadana que permita hacer una exigencia al Estado mexicano para que haga cambios fundamentales, porque ahorita el Estado es un Estado sumiso, que sirve a intereses de empresarios, de partidos y de criminales. Estamos envueltos en una guerra tonta, que no nos ha dado seguridad, al contrario, nos ha dejado más inseguridad”, dice.
Sicilia es un hombre preocupado por la transformación social. En los años 80 participó en los Comités Eclesiales de Base (CEB), que tienen ciertas coincidencias con los teólogos de la liberación. Su formación intelectual cristiana incluye la idea de que el pueblo puede y debe impulsar los cambios. “Los ciudadanos no tenemos ningún tipo de armas. Por eso estamos pidiendo una reforma política, para tener instrumentos de presión frente a la clase gobernante, para lograr la refundación del país”.
El México con el que sueñan los activistas del movimiento encabezado por Sicilia podría revocar el mandato de un presidente de la República, de un gobernador estatal, de un secretario de Estado. Los diputados y senadores corruptos podrían ser juzgados. Las candidaturas ciudadanas serían posibles.
Sicilia considera que los partidos políticos deberían ponerse de acuerdo para nombrar un candidato presidencial de unidad. “Con una agenda que cubra las exigencias de los ciudadanos, que los partidos se pongan de acuerdo para salvar el 2012”, pide.
El 8 de mayo, ante un Zócalo capitalino efervescente, Sicilia pidió la renuncia de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal. Aún sostiene esa misma postura. “García Luna ya ha gastado mucho dinero, ya estuvo mucho tiempo, ya ha acumulado mucho poder, si sigue acumulando poder nos va a llevar a un Estado policiaco, y eso no queremos los ciudadanos”.
Y agrega: “No conviene que alguien acumule tanto poder, el poder hay que rotarlo siempre; su estrategia ha resultado contraproducente, pero si tuviéramos la revocación de mandato, los ciudadanos elegirían si García Luna debe dejar su cargo”.
Ruta de la Marcha
No hay comentarios:
Publicar un comentario